el triunfo está en tí
La gastronomía, una de las joyas de Pamplona
Hacer un alto en el Camino de Santiago es obligatorio y a su paso por Pamplona es sinónimo de pintxos y buen vino.
Hacer un alto en el Camino de Santiago es obligatorio y a su paso por Pamplona es sinónimo de pintxos y buen vino.
Un alto en el Camino de Santiago: ¡vámonos de pintxos y vino!
Desde las once de la mañana hasta las seis de la tarde las barras de tabernas, cantinas, tascas y bares comienzan a llenarse de apetitosos manjares. Prepárate nos vamos de poteo (que así llaman a irse de tapeo).
La calle Estafeta, un símbolo de la ciudad
Nos encontramos ante la calle más célebre de la capital de Navarra. Una vía cuya reputación va unida a los encierros de San Fermín, ya que el recorrido transcurre cada año por ella.
Su nombre proviene del siglo XIX y se debe a que albergó la primera estafeta de correos de la ciudad. Su estética, sus adoquines, sus fachadas, sus balcones, absolutamente todo invita a adentrarse en ella. La Estafeta es sinónimo de gente y de bullicio, de vino y buen comer, de historia y cultura, de charlas animadas en cada rincón.
Cuenta con dos partes bien diferenciadas. La primera parte que se extiende hasta la bajada de Javier, una zona que históricamente ha tenido un alto valor comercial. Y la segunda, que alberga la zona más gastronómica. Sus 250 metros están repletos de vida, de bares, de comercios y buen ambiente. Uno de los imperdibles de Pamplona; el lugar perfecto para degustar un pintxo, saborear una copa de vino o, incluso, comprar el típico y tópico souvenir.
Calle San Nicolás y Comedias, bares ¡qué lugares!
Estas dos calles suman casi 20 bares en menos de 200 metros. Por lo que hablar de San Nicolás y Comedias también es hacerlo de algarabía, alboroto y jolgorio.
La calle San Nicolás inaugura su recorrido en la Plaza del Castillo, luego baja por las escalericas que tienen el mismo nombre y se extiende hasta el cruce con Comedias y Pozoblanco para seguir su recorrido por la calle San Miguel.
No es de extrañar que el eje que constituyen estas calles se esté afianzando como centro neurálgico de la hostelería (junto con Estafeta dentro del Casco Antiguo de Pamplona). Por lo que no nos podemos ir sin perdernos en ellas.
Plaza del Castillo, donde todo empieza
Ubicada en el centro y con 14 mil metros cuadrados, es uno de los lugares más representativos de la capital navarra.
Está cercada por edificaciones que datan de los siglos XVIII y XIX y su historia habla de cafés en los que se daban cita los mejores literatos de la época; habla de tranvías y porches que hicieron las veces de refugio en plena Guerra Civil. El emplazamiento en el que iniciar nuestro recorrido.
Así que ya sabes... si pasas por Pamplona tienes que ir de Poteo por estos lugares ¡y no hay excusas que valgan!